Dimes y diretes

29 Abr

Un artículo de Mario Gallego

Desde el 17 de abril se han visto envueltas tres ciudades fundamentalmente en un conflicto futbolístico que quedará para la posteridad. El primer asalto se produjo en la capital de España, y como decía una canción infantil, “primero, cagón”. Y así fue un partido totalmente soso le faltó de todo de lo que nunca, o por menos habitualmente, les faltaba a los clásicos. Con la liga prácticamente sentenciada, el partido era un mero trámite para ambos equipos, aunque no tuviera que haber sido así, ya que el Madrid pudiera haber puesto contra las cuerdas al Barcelona en la liga si hubiera conseguido la victoria. No fue así y el partido transcurrió sin más, casi parecía hasta pactado.

El segundo asalto se produjo en la ciudad del Turia el 20 de abril. Mestalla fue el campo asignado por ambos equipos para que transcurriera la final del Copa del Rey, por cercanía de las sedes de los equipos y por las características del campo. De este partido debía salir un equipo victorioso, como dice también la canción “segundo, campeón”, y de nuevo así fue el Real Madrid tuvo la constancia y la paciencia, y por ello ganó la finalísima que tanto ansiaban los dos equipos.

El último asalto disputado volvió a la capital. El Bernabeu se engalanó para acoger a su gran equipo. Hacía ya nueve años que el Madrid no llegaba a semifinales de “su campeonato”. Todo era perfecto para que se disputara un buen partido del fútbol de máximo nivel. El Barcelona acudió al campo con todas las ganas de resarcirse de la gran derrota sufrida y para ello tenía numerosas bajas que debía intentar sufragar con la versatilidad de sus jugadores. Así fue y por ello Mascherano se vio de central y el gran capitán volvió al lateral, pero no a aquella banda que le hizo ganarse el puesto de titular dejando en el banquillo al gran Reiziger, sino a la banda izquierda algo inusual pero no desconocido para él, ya que Guardiola se lo tiene reservado para las grandes ocasiones en la que toca frenar a grandes velocistas.

El partido fue muy controlado al principio por ambos equipos, recordó incluso al primero, pero poco a poco la maquinaria blaugrana comenzó a encontrar las flaquezas que el Madrid supo tapar en Valencia. En el minuto 60 el partido cambió, el Madrid se quedaba con diez por la expulsión de Pepe y este fue el punto de inflexión del partido, el Madrid racaneó como nunca y el Barça se puso las botas para trabajar, y por ello consiguió ambos goles, siempre con el respeto de Messi y su incuestionable calidad. Pero el partido no acabó con el pitido final del discutido Wolfgang Stark, ya que Mourinho estuvo calentando durante todo el partido en su área técnica hasta que se canso y se sentó (se autoexpulsó), así que salió a partir del minuto 90 en su terreno de juego preferido, la sala de prensa.

Desplegó un juego muy repetitivo, como ya lo haría su equipo durante el partido, constantemente repetía la estrategia del porqué sin escatimar esfuerzos, arremetiendo con todo y para todos: árbitro, Villar, Unicef, jugadores, robos pasados…y como dice la canción “tercero, pistolero”, y así fue las pistolas fueron desenfundadas y provocaron dimes y diretes entre ellos, lo que se tradujeron posteriormente en denuncias. El Barcelona lo hizo contra el señor José Mourinho por sus injustificables salidas de tono, y el Madrid, siguiendo “el ojo por ojo”, denuncia ante la UEFA a los jugadores del Barcelona por conducta antideportiva.

Parece que tanto clásico va a ver afectada duramente la relación entre Madrid y Barcelona en todos sus ámbitos: jugadores, técnicos y directivos, esperemos que no llegue a tiempos gasparianos por el bien del fútbol y de nuestra gran selección. Me anticipo a muchos artículos que tratarán de establecer los típicos “clanes” en la selección, que esta vez no serán por nacionalidades (como hasta hace poco se decía del Madrid), sino tendrán que ver con colores, me imagino que en un lado se encontrará el clan blaugrana y en el opuesto el blanco o merengue.

Todo esto a falta de jugar el último clásico, aún falta uno y la canción dice que “cuarto, lagarto”, no sé si tiene similitudes con la sinhueso criticona de Mou o si algo nuevo nos deparará este último derbi. Lo que sí quedará es el recuerdo de estos 20 días tan intensos en los que al final todo es lo mismo fútbol y más fútbol.

5 respuestas to “Dimes y diretes”

  1. furoa abril 29, 2011 a 3:34 pm #

    Muy buen artículo y sobretodo, muy bien escrito.

    Son muchas las veces en que leo y escucho que tras estos clásicos habra un nuevo orden social, en el que las directivas no se llevarán bien y en el que los jugadores que forman el 70% de la población, se separarán.

    A mi que las directivas se lleven bien me da igual. Me da lo mismo. Los directivos son personas que destinan su tiempo, y a veces su dinero, a gestionar y representar el club. Y eso hacen, ni más ni menos. Vigilando sus intereses.

    Y los jugadores que van a la selección? Pues eso mismo. Son jugadores que van a la selección. Estoy seguro que entre los valores que busca D.Vicente del Bosque, aparte los técnicos, físicos y tácticos, están la capacidad de convivencia, compañerismo y compromiso con ese otro club que es la selección. Así que los Ramos, Arbeloa, Villa o Piqué, ya pueden ir pensando en adaptarse y/o llevarse bien con sus compañeros, o no irán a la selección.

    Que afectará a la Roja? A mi me da lo mismo, y lo digo no como un tema anti-español, sino como un tema de que me interesa el fútbol de clubes y sobretodo que un grupo de menores de 30, millonarios desde los 20, no pueden representar a todo un país de 46 millones de personas si no están dispuestos a asumir esos valores.

    Además, y tal como hemos visto recientemente con Inglaterra, siempre gana el más fuerte. En el affaire Terry-Bridge, fue este último el que renunció al mundial al no querer compartir vestuario con el que se acostó con su mujer. Capello le quitó la capitanía pero lo llevó porque era el mejor.

    Aquí puede pasar algo parecido. Arbeloa no es titular y aunque creo que hace un gran trabajo, es prescindible. Y entre Piqué y Ramos está el capitán del futuro, y algo me dice que el nieto de Amador Bernabéu saldrá ganador.

  2. topazio abril 30, 2011 a 1:12 am #

    Sinceramente, lo que haga la selección me da igual. Nunca me ha emocionado nada el campeonato de selecciones. Reconozco que mirarse un mundial es bonito y emocionante, pero no me transmite nada. Me parece bien que gane España. Y más si están 7 o 8 del Barça. Pero que dejen de ser una piña por sus piques personales entre sus equipos me da igual. Yo como barcelonista quiero que todos los jugadores den lo máximo por su camiseta. Es más, me parecería una auténtica burla, que después de lo sucedido en los derbis, fueran tan amigos en la selección. Daría la sensación de que todo les da igual. No pido que sientan los colores (ya los siento yo). Pido que los defiendan.

  3. Álvaro Rubio May 1, 2011 a 4:49 pm #

    Gran comentario depositado por el amigo Mario Gallego, que poco a poco va saliendo adelante en este gran mundo del periodismo. Me gusta mucho esa forma de expresión que tienes tan particular, el gran repertorio de conectores que se dejan caer con sigilo, pero que le dan una gran calidad y riqueza de vocabulario al texto. Vas por buen camino Mariete, saludos.

  4. elbanquillovisitante May 1, 2011 a 8:52 pm #

    Excelente artículo Mario

  5. Aarón May 3, 2011 a 7:23 pm #

    Me gusta la manera de exponerlo, si señor, pero hay algo que me plantea cierta duda: Tú has jugado al futbol? Que durante ciertos partidos las cosas se calienten no quiere decir que al acabar la gente se de la mano y todos tan amigos…que en la selección unos se lleven mejor con otros vale, pasa en todos los sitios, pero de ahi a decir que habrá clanes….

    Aún así guapisimo Mario

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